¿Estamos en crisis?
Por: Felipe García Cárcamo
Hoy quiero iniciar este escrito con una frase de Luis Carlos Galán (Q.E.P.D.).
Podrán asesinar los líderes, ¡pero nunca sus ideas!
Doy gracias a este medio que me ha permitido expresar mis opiniones sobre los problemas más importantes de Colombia y las soluciones que recomiendo a mi nación, departamento y ciudad para el manejo de los distintos retos y dificultades que hoy condicionan el destino de nuestro pueblo.
Colombia se encuentra en una de las más grandes crisis, una crisis de trascendencia histórica que se percibe en todos los aspectos de la vida de nuestro pueblo. Es una crisis que se expresa en la amenaza de problemas muy graves que pueden interferir en el manejo de los factores más importantes de la vida nacional. La crisis aparece también en todos los sectores económicos. Se percibe en el receso de la industria, en el estancamiento de la agricultura, en la parálisis de la construcción, se percibe en los propios recursos del estado colombiano donde existe un déficit cuantioso sobre cual el país no ha recibido información objetiva.
Es una crisis también social que se nota en el deterioro de los ingresos de los colombianos, se percibe en la extensión de la miseria en las zonas urbanas y rurales, en el empobrecimiento de las clases medias y populares, la disminución de las oportunidades de ascenso para los sectores populares del país.
Una crisis social también por los cambios en el liderazgo colectivo del país. Los líderes en Colombia hoy no surgen tanto como consecuencia de una capacidad de interpretación de los problemas de la sociedad, sino como resultado de factores artificiales, o porque se hace dinero de la noche a la mañana por caminos no siempre claros o porque se manipulan los elementos administrativos para obtener poder político y poder electoral. Todo esto influye en la actitud de los colombianos, influye en la confianza que le merece a nuestro pueblo su gobierno, el papel de sus dirigentes, el empoderamiento de sus líderes, en esencia se podría decir que vivimos una gran crisis moral y la crisis moral cuando afecta a un pueblo se expresa sobre todo en el momento en que los intereses privados tienden a prevalecer sobre los intereses públicos y colectivos. En medio de estas grandes crisis vemos la incapacidad de los partidos políticos para presentar soluciones objetivas que puedan resolver estás crisis, los partidos están demostrando su inferioridad ante sus obligaciones y responsabilidades.
La crisis nacional amenaza la democracia y amenaza la libertad de los colombianos, si los colombianos no cumplimos con algunos deberes que amparados por la ley tenemos estamos en peligro de perder lo que hemos construido en materia de instituciones democráticas, de garantías individuales y civiles como consecuencia de lo que puede ser una aventura anarquista.
¿En qué se están convirtiendo nuestros partidos? Ya no son esas fuentes ideológicas capaces de interpretar los anhelos populares, ya el comportamiento de sus militantes no es trascendente como en otras épocas y se sigue generando la crisis porque los partidos se convirtieron en simples maquinarias electorales y burocráticas que todo lo reducen a conquistar pedazos de la administración pública para lograr a través de ello la interferencia y el condicionamiento en la opinión de los electores. En síntesis, podemos decir que a crisis partidista la viven todos los países de América latina donde los tradicionales han perdido fuerza y han surgido nuevos liderazgos con otras ideas y con criterio propio para expresar su pensamiento en lo que consideran que se debe decretar desde las instancias de poder.
Otra de las crisis que afecta nuestro pueblo es el abuso de nuestros derechos por querer abusar del derecho que tiene el otro, es decir, que nuestros jóvenes gobernantes tendrán como tarea establecer políticas de conductas morales para educar a nuestra gente. Si no somos capaces de educar en civismo a nuestro pueblo, difícilmente vamos a salir de la crisis.